viernes, 25 de abril de 2008
ORIGEN HISTORICO DEL BELEN NAPOLITANO
Los orígenes y evolución de las representaciones del Nacimiento deCristo, así como la incorporación de elementos de tradición, populares, litúrgicos, etc., desde la Edad Media al Barroco, han personalizado y difundido este entrañable tema a través de las artes de cada tiempo y en cada región del cristianismo.En Nápoles, bajo el reinado de Carlos III, la representación del Nacimiento de Jesús adquiere un enorme esplendor, consiguiendo una personalidad tan especial, que las distingue de otras creacionesartísticas. A su vez, disfruta de una popularidad inusitada que contribuye al deseo de los ciudadanos de llevar estas representaciones sacras a sus hogares desarrollándose un gran perfeccionamiento en la ejecución de las figuras. Con grupos de estas imágenes se crean las escenas tradicionales del pesebre napolitano, entre las cuales están el mercado, la hostería, la taberna, el cortejo de magos, la Anunciación de los Pastores, etc. En todas ellas brilla la vida ardiente y alegre de un pueblo en continuo movimiento representado con todo verismo y un enorme lujo de accesorios. Una de las mejores muestras de estas representaciones se encuentra en el Museo Nacional de Munich, donde se exhibe La Adoración de los Magos, conjunto que perteneció a Carlos III. En Nápoles, destaca la colección Leonetti, y en España se pueden admirar la colección que posee la Fundación March Cervera en Palma de Mallorca, y sobre todo la extraordinaria colección instalada en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid que reúne, entre otras valiosas piezas de gran calidad, gran parte de las que componían los Belenes que el Rey Carlos III trajo consigo a España, y que pueden admirarse durante todo el año.
Carlos III, que era muy religioso, estimuló a los artesanos para recrear los pesebres, y hasta él mismo interviene en la creación de las figuras de su propio Pesebre.
Hacia 1790 nace la fábrica de porcelanas de Capo di Monte interpretando un nuevo gusto en los pesebres que copiarían muchas otras partes de Europa.
En Nápoles surgió el modelador de estatuillas y de este modo aparecieron los especialistas en pastores, el más ilustre de los cuales fue Giuseppe Sammartino y animalistas como Saverio Vassallo.
Carlos III, que había hecho del nacimiento una institución nacional en Italia mientras ocupó el trono de Nápoles, introdujo el arte del belenismo en España, encargando más de 200 figuras a los artistas valencianos José Estévez Bonet y José Ginés Marín y al imaginero murciano Salzillo, que construyeran figuras para una de las creaciones más queridas: "El belén del príncipe", para deleite de su hijo Carlos IV y demás infantes de la corte.
Este belén se caracteriza por tener figuras de diferentes tamaños (hasta medio metro) para una acertada perspectiva al ser colocadas.
Aunque este Belén cuentan que contaba con casi 6000 figuras, todavía se conservan muchas en el Palacio Real de Madrid, estando el resto repartidas en museos y colecciones particulares.
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