miércoles, 19 de noviembre de 2008

IL PRESEPE BIANCO: LA TRADICION RECREADA







Gracias al mecenazgo del empresario napolitano Rosario Bianco, y en el incomparable marco de la Iglesia de San Francesco di Paola en la Plaza del Plebiscito, un entorno verdaderamente extraordinario, desde el día 22 de octubre de 2008 se puede admirar en una exposición permanente este pesebre napolitano de excepcional belleza.

Realizado gracias a algunos de los mejores artesanos que todavía hoy mantienen viva la tradición del siglo XVIII del pesebre napolitano. En realidad con el presepe Bianco, propiedad de este empresario, y con razón, el nombre, se trata de un retorno a la tradición.

La obra ha quedado inmortalizada en el libro "La Cuna Blanca - La tradición recreada" (108 páginas + DVD ), realizado para documentar la riqueza de este logro extraordinario - alrededor de 200 figuras y 100 animales - que, gracias a hombres como él, no se perderán.

Es curioso pensar que después de casi tres siglos del esplendor de la corte del Rey Carlos III, y por tanto del nacimiento de la tradición presepista napolitana, todavía hoy, hay artesanos que pueden ofrecer los niveles de realización del settecento; los cuales han realizado un gran pesebre napolitano del siglo XVIII. Ciertamente, la pasión de un rey artista que dio vida a la Real Fabbrica di Capodimonte, gracias al desafío de los mejores artistas y artesanos de la época.

En este caso, con un trabajo que es uno de los más grandes realizados en los últimos años, la expresión artística se mantiene en el nivel de la gran tradición con la culminación de una extraordinaria belleza, como ejemplo sirva la delicada expresión de la Madonna, así como todos los demás pastores de la bottega de los hermanos Sinn; en el realismo y hasta en algún momento,el amor y la extraordinaria habilidad de Marco Abbamondi. La escena, de cinco metros de largo y tres de ancho, con la misma altura, es completamente redonda y permite descubrir poco a poco, como siempre ocurre en estas composiciones, una serie de detalles interesantes, no detectables a primera vista.El ojo más atento es entonces capaz de descubrir y observar la perfección de los animales, creados por el maestro Alfredo Molli, la plasticidad de sus movimientos, los miles de colores de las baldosas cerámicas, o la perfección de la fruta y accesorios en cera y arcilla realizados por Alfredo De Pascale.

La presentación del presepe y el libro "La Cuna Blanca - La tradición recreada", corrió a cargo del obispo auxiliar de la diócesis de Nápoles, Mons. Antonio Di Donna, el cual quiso hacer hincapié en que en la observación de esta obra es necesario no perder de vista el principal significado de la Navidad: el nacimiento del Salvador, el Rey de Reyes. Parecen especialmente apropiadas las palabras del prelado en un contexto, en el que a menudo, se intenta sustituir la alegría de la Navidad por otras cuestiones de indole comercial y propagandística, y con las que la Navidad cristiana tiene muy poco que ver.

Mons. Gennaro Matino, gran apasionado del presepe napoletano, se refirió a la particular función que cada figura desarrolla en el interior del nacimiento y la importancia que tiene el cultivo de la tradición no sólo del presepe, sino de "montar el presepe", momento crucial en el cual se tiene un poderoso instrumento de comunicación con el que mantener las tradiciones familiares. Y es que estas tradiciones se han reconstruido gracias a Rosario Bianco que quiso pasar a sus hijos el testigo de su fe y su pasión por las tradiciones artísticas de la ciudad de Nápoles.

Por último, tras la intervención de Michele Lomuto, presidente provincial de los Artesanos italianos, quien recordó cómo esta magna obra es un buen recuerdo de sus cuarenta años de compromiso en la preservación de la artesanía y las tradiciones artísticas de Nápoles, intervino Marco Abbamondi en representación del resto de artesanos autores de esta nativitá, que recordó el largo y duro trabajo, más de seis meses. Abbamondi quiso también agradecer a Bianco su mecenazgo gracias al cual ha sido posible llevar a cabo y completar este trabajo.



Napoles, gracias a Dios, no es sólo suciedad y la Camorra, como ahora parecen querer mostrarnos algunos medios de comunicación. Nápoles es una ciudad herida, por supuesto, por el abandono y la intimidación, pero también es una expresión de la extraordinaria belleza de la naturaleza que se refleja en la capacidad artística de los artesanos presepistas, inspirados y educados en la hermosa y verdadera idea que sólo desde la belleza, se puede llegar al corazón de los hombres.






"Rosario Bianco es el hijo de un zapatero, yo, soy el hijo de un carnicero - concluyó así su intervención Mons. Gennaro Matino - mi padre era un niño ... y yo estoy aquí hoy, como sacerdote, a declarar su amor por el presepe.

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